Ser o no ser, he ahí el problema.
Como dice el Hamlet de Shakespeare, y en nuestra bella y encantadora República
Dominicana ese pareciese ser el problema del TEATRO: ser o no ser ya que nunca
es y solo es dependiendo quien este representándolo, porque de manera paradójica
esta maravillosa y excelsa representación del arte llamada TEATRO es
prácticamente marginado en su mismo espacio, ya que nuestra única y mayor
fiesta de los artistas dominicanos, como lo es el premio que otorga ACROARTE,
es realizado en el Teatro Nacional Eduardo Brito, es decir en un teatro, y cuando se trata de
premiar la categoría o el renglón de TEATRO estos premios son entregados casi
tras bastidores, en los momentos de los comerciales y solo para el público
presente. El televidente lo verá en unos rápidos avances. Para poderlos sacar
al aire es únicamente en ocasiones muy especiales: Cuando es entregado a una
figura televisiva y del agrado de los cronistas de arte o bien cuando se le
entrega a una gran figura como lo es nuestra Bella, talentosa y agradable
Cecilia García, nuestra verdadera diva dominicana; es solo en esas ocasiones
que el teatro es; pero este es el premio de ACROARTE y por eso es que creo que
los teatristas deberíamos de crear nuestra propia premiación, ya que el arte
que realizamos es por demás, trabajoso, complicado, requiere tiempo de
preparación, delicado, sensible, educativo, protestante, energético, vibrante,
mágico, sereno, apasionante, fantasioso, realista, absurdo, puro, verdadero,
encantador, seductor, creativo, denunciante, divertido, mediático, rítmico
entre muchas otras cosas. Pero nos falta mucho a los teatristas dominicanos
porque lo primero que tendríamos que lograr es lo más difícil… la unión de la
clase teatral. Difícil porque es más importante denigrar o mejor dicho en buen
dominicano acabar a los compañeros porque creemos que los montajes de los demás
si no están hechos como lo haría cada quien en particular, desde su óptica, no
es correcto.
Todos criticamos el trato que nos
brindan en ACROARTE: indiferencia casi total, pero no hay más culpable que
nosotros. Quiera Dios y pudiésemos lograr esa unión y crear una premiación
nuestra, donde premiáramos cada uno de los renglones, actores, directores,
técnicos: por ejemplo mejor obra, mejor escenografía, mejor maquillaje, mejor
vestuario, mejor diseño de luces, mejor musicalización, mejor actuación, mejor
dirección, escenógrafo del año, director del año, actor del año, actor
secundario del año, actriz secundaria del año, vestuarista del año, maquillista
del año, luminotécnico del año, sonidista del año, utilero del año y muchas
otras categorías.
Sería interesante y además
generaríamos el respeto que merece nuestra clase y que merecemos como artistas
y creadores, sin tener que mendigar una nominación y una premiación cuando no
hay a quien dársela de los favoritos de la televisión, aun sin ser actores o
ser muy malos, pero repito nadie más culpable que nosotros los teatristas
dominicanos. Aunque es difícil no es imposible, quiera Dios y nos motiváramos y
nos decidiéramos.
Exactamente eso critiqué de nuestros antiguos PREMIOS CASANDRA hoy SOBERANO, al teatro lo reconocen y es como que ni lo hicieran. Seria muy bueno ver, lo que usted explica, premios para actores dominicanos, de tal forma que pueda unirse el Cine, el Teatro y la TV.
ResponderEliminar