La obra comienza con el emperador acompañado de la corte real de Palmerín: la emperatriz, la princesa Flérida, sus damas de compañía: Artada y Amandria; Don Robusto y Primaleón. Entra Don Duardos denunciando ante el rey que su hijo, Primaleón, ha matado a Periquín, amado de Gridonia, y ahora esta está muriendo de amor. Primaleón se identifica a Don Duardos y luego de una breve discusión comienza a batirse en duelo con él, a lo que el rey, viendo lo fiero del enfrentamiento, reacciona diciéndole a Flérida que los detenga. Flérida les pide que terminen la pelea en ese instante y dice a Duardos que sea él primero quien se detenga. Duardos accede a la petición de Flérida, asegurando que lo hace por ella y no por miedo y ni siquiera por Dios. Salen Duardos y Primaléon de escena.
Entra Camilote, alabando la
belleza de Maimonda, mujer excesivamente fea. Elogia tanto a Maimonda que
termina por molestar a los presentes e insultando la belleza de Flérida, por lo
cual don Robusto lo reta a duelo y recibe el consentimiento del rey para que
esto suceda y asegura que él va a presenciar el encuentro. Salen de escena.
Duardos quedó prendado de la
imagen de Flérida y acude en busca de ayuda donde la infanta Olinba quien le da
una copa para conquistar el amor de la princesa y le aconseja tener paciencia y
trazar una estrategia más efectiva que todas las hazañas heroicas en las que él
antes ha intervenido. Este se pone de acuerdo con los siervos de la hortaliza
del castillo para que estos le permitan hacerse pasar como hijo suyo y se hace
llamar Julián, todo para estar cerca de Flérida cuando esta salga a los patios
del castillo.
Las próximas escenas muestran el
galanteo de Duardos, haciéndose pasar por Julián, enamorando a Flérida, quien a
su vez se siente atraída por él desde la primera vez que este entró a la corte
del rey, pero ella no supo su nombre y no lo reconoce vestido de obrero. Intenta
hacer que Duardo revele su identidad pero este insiste en decir que él es tan solo un simple obrero.
Ella se ausenta por tres días, en los cuales no visita la hortaliza,
pretendiendo presionarlo a que revele su nombre, ya que ella está tan enamorada
de él como él de ella. Duardos la cita secretamente y a solas en la noche, prometiéndole
que le dirá quién es él.
Sale un mensajero que informa que
Camilote había matado a don Robusto y a otros caballeros, en defensa de su
Maimonda y en contra de aquellos que defienden el honor de Flérida, que Duardos
enfrentó y mató a Camilote pues no pudo dejar de defender a su amada Flérida ni
permitir que mancillen su honor.
Al final Flérida accede a las
pretensiones de Duardo y, aunque se ha dado cuenta que él no es un jornalero ni
villano, debido a su educación y su osadía al hablarle, le confiesa su amor aún
sin saber a quien lo hace, esto a insistencia de Duardos quien desea escuchar
que ella lo ama aunque no fuera un príncipe. Luego de la aceptación de Flérida,
Duardos le confiesa que él es un hombre de la realeza inglesa y que ambos
regresarán a su tierra donde ella será feliz con él viviendo en un lujoso
castillo digno de su belleza.
En general la obra es más bien
una sátira a la vida monárquica que en ocasiones se ve ridiculizada, pero en el
fondo está plagada de actos y declaraciones románticas, que es la verdadera
esencia de esta tragicomedia.
Gil Vicente (1465-1536), autor de
la misma, es considerado el padre del teatro en Portugal. Su obra “El Monólogo
del Vaquero”, es una de las primeras muestras de teatro que alcanzó relieve en
la sociedad portuguesa del siglo XVI, a pesar de que existen noticias de obras portuguesas
tan lejanas como el siglo XIII, sin embargo, Gil Vicente, autor prolífero,
realmente marca un antes y un después en la historia del teatro en esa nación
europea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Las opiniones y comentarios permiten el crecimiento de todos... los de ustedes siempre serán bienvenidos.