Traductor

domingo, 6 de marzo de 2011

Cyrano de Bergerac.

Cyrano de Bergerac.
De Edmond Ronstand.
La obra está dividida en cinco grandes actos.
Personajes: Cyrano de Bergerac, valiente soldado del ejército francés, mosquetero y poeta empedernido, enamorado de su prima Rosana; Rosana, prima de Cyrano, enamorada de Christian; Christian, galán enamorado de Rosana; Lebret, cadete, amigo de Cyrano; Ragueneau, amigo de Cyrano, pastelero, aspirante a poeta; De Guiche, conde y coronel del ejército, obsesionado con Rosana; Capitán Carbón De Castel-Jaloux, jefe de los cadetes, amigo de Cyrano;  Lisa, esposa de Ragueneau; Dueña, señora que acompaña a Rosana; borrachín, coplero, protegido por Cyrano;  Bellerose y Jodelet, encargados del teatro; mosquetero, amante de lisa; madre superiora y hermana Martha, monjas del convento; Montfleury, actor enemigo de Cyrano. Extras: varios cadetes, público en el teatro, soldados españoles.

El primer acto inicia en el teatro, el público llega para ver la función de la noche; un señor adinerado con su hijo, vendedores, damas y soldados. Christian habla con el borracho quien le había informado que el objeto de su amor, Rosana estaría en la obra pero al no verla está impaciente y ya quiere abandonar el teatro. El borracho le dice que espere. Lebret y Ragueneau comentan con otros el hecho de que el actor Montfleury habrá de presentarse esa noche a pesar de que Cyrano se lo tenía prohibido. Entre varios hechos aislados la función está lista para comenzar. Rosana llega al teatro e intercambia miradas discretas con Christian. La función comienza, Ragueneau lamenta haber perdido la apuesta que hizo de que Cyrano no permitiría a Montfleury actuar esa noche, de otro lado Lebret se alegra pues temía que su amigo Cyrano pudiera ocasionar todo un revuelo si se presentara. No transcurre mucho tiempo desde el inicio de la función cuando se escucha entre el público la voz de Cyrano ordenándole a Montfleury que baje de las tablas, este último tiembla pero sigue en el escenario. Algunos gritan a Cyrano que los deje disfrutar el espectáculo, este los manda a callar y reta a cualquiera que desee batirse en duelo con su espada, nadie se atreve. Ante la insistencia de Cyrano y la amenaza de subir al escenario, Montfleury huye despavorido ante las carcajadas de unos y el enojo y decepción de otros. Cyrano termina arrojando una bolsa de dinero como pago por la función del día y así evitar pérdidas al teatro. El público comienza a salir. Un joven vizconde, llamado Valvert, al cual De Guiche había prometido que casaría con Rosana osa retar a Cyrano y hace burlas de la inmensa nariz del mosquetero, algo que todos saben no es tolerado por el valiente soldado. Cyrano hace gala de su talento para improvisar y declamar mientras acepta el reto iniciado por el vizconde.  Al final lo hiere con su espada. Muchos admiran a Cyrano pero muchos otros lo detestan por su recia personalidad y su constante crítica a la hipocresía de la sociedad.
Lebret reprocha a Cyrano su conducta, este le confiesa haber arrojado su pensión y ahorros de toda la vida a los encargados del teatro. La dueña de Rosana concerta una cita de este con su prima Rosana para el día siguiente, Cyrano le da la dirección de la pastelería de Ragueneau.  
En otro lado Christian ha sorprendido a un ladrón tratando de robarle y este le ruega a Christian lo perdone y en cambio le revela que cien hombres esperan en emboscada al borracho protegido de Cyrano. Enterado este último,  decide tomar para si mismo este reto e invita a todo el público a presenciar el espectáculo de enfrentarse a los cien hombres que esperan por su amigo.
Segundo acto.
 El escenario es ahora la pastelería de Ragueneau. La esposa de este le reclama el permitir que sus supuestos amigos poetas devoren los pasteles del negocio sin pagarlos. Cyrano llega y le informa a Ragueneau de su cita, le indica que debe propiciar que lo dejen solo en la pastelería con su prima. Más tarde llega la prima con su dueña, Cyrano saca a la dueña del negocio dándole empanadas y pasteles para que se entretenga afuera. Rosana, una vez solos le confiesa a Cyrano sentirse atraída por Christian, Cyrano se siente decepcionado ante aquella confesión pues él amaba a su prima. Peor aún es el hecho de que esta le haga prometer que cuidará de él. Rosana sale y comienzan a llegar todo tipo de personajes hablando acerca de la proeza realizada por Cyrano la noche anterior al enfrentar a los cien hombres, matando a ocho de ellos y haciendo huir al resto. Todos lo felicitan, cadetes, aristócratas y nobles, pero él resta importancia a este hecho, se siente triste por la confesión de su prima. Christian llega a la pastelería e instantes más tarde comienza a provocar a Cyrano haciendo bromas con su enorme nariz. Este hecho lo hubiera pagado caro de no haber sido por la promesa que Cyrano hiciera a su prima de que protegería a Christian. Todos esperan el estallido de Cyrano en cualquier momento pero en vez de esto Cyrano hace que todos salgan y entonces le cuenta a Christian la confesión de su prima. Christian se disculpa por las bromas al enterarse que Cyrano es primo de su Rosana. Sale a relucir que Christian no posee el don de expresarse con fluidez o de inspirarse a escribir, Cyrano sabe que sin ese detalle no podrá conquistar a su prima por lo cual decide ayudarlo. Forman un pacto mediante el cual Cyrano sería el cerebro inspirado que escribiría las cartas de amor que permitirían que Christian, con su cara bonita, la conquistara. Cuando los cadetes regresan a la pastelería y los encuentra abrazados no acaban de comprender lo que sucede y más de uno piensa que Cyrano ha cambiado tanto que ya no le importa que bromeen con su nariz. El mosquetero, amante de Lisa pretende hacerse el gracioso e insinúa en sus comentarios algo alegórico a la nariz de Cyrano y se gana una bofetada de este. Los cadetes aplauden pues tienen de vuelta a su amigo tal y como lo conocen.
Tercer acto.
El balcón de la casa de Rosana es el nuevo escenario, allí Ragueneau llora sus penas por haber quebrado su negocio y sufrir el abandono de su mujer quien lo ha dejado por el mosquetero que antes la visitaba. Cyrano lo recomienda con su prima para que le dé trabajo de mayordomo. Llega De Guiche y hace saber a Rosana que enviará a la guerra a todos los soldados bajo su mando, incluida la compañía de cadetes a la cual pertenecen Cyrano y Christian. Rosana lo convence de que el peor castigo para Cyrano sería no enviarlo a la guerra, dice esto pues no quiere que se vaya Christian lejos de ella,   De Guiche cae en el engaño. Luego Rosana y la dueña van a una reunión de poetas. Aparecen Christian y Cyrano, el primero  dice no necesitar más la ayuda de Cyrano pues ha decidido que él puede solo lograr que Rosana lo ame. Cyrano lo cuestiona y al final acepta, retirándose cuando ve que Rosana sale de la reunión. Llega Rosana e insiste para que Christian le hable palabras de amor al oído pero se molesta y se retira al ver que este no puede complacerla. Cyrano vuelve y Christian le pide que vuelva a ayudarle. Rosana sale al balcón y Christian, ayudado por Cyrano comienza a cortejarla con las frases amorosas que ella prefiere. Ante la dilación de christian en replicar las oraciones de Rosana, esta le pide mayor fluidez verbal por lo que Cyrano termina tomando el lugar de Christian, la doncella se muestra tan complacida que accede a besar a Christian. La voz de alerta que unos vigilantes dan a Cyrano (él los había puesto en posiciones para tal misión) provoca que los enamorados se escondan en el interior de la casa. Un cura, emisario de De Guiche, lleva a Rosana un mensaje en el cual le informa que ha decidido no partir a la guerra y que en cambio esa misma noche va a casarse con ella. Rosana, tergiversando el contenido del mensaje,  trama un ardid para que el cura la case con Christian cuanto antes y para tal propósito lo hace entrar a su residencia. Cyrano queda fuera de la casa y entretiene a De Guiche con imaginarios viajes que ha hecho del suelo a la luna y sobre su regreso a la tierra. Solamente interrumpe sus fantásticos relatos cuando se da cuenta de que el tiempo ha pasado y Rosana y Christian han de estar ya casados. De Guiche se siente burlado y envía la compañía de cadetes a la guerra.
Cuarto acto.
En el campo de batalla el capitán y Lebret hablan sobre el hambre y las calamidades que atraviesan mientras los cadetes duermen. Cyrano regresa de llevar una carta a Rosana que supuestamente Christian ha escrito para ella. De Guiche llega y les informa que ellos han sido elegidos para servir de carnada al enemigo y así tenderle una trampa, él revela que los ha elegido con el doble propósito de vengarse de los cadetes (principalmente por el engaño que  Cyrano y Christian le hicieron) y por saber que ellos son lo mejor del ejército francés. De Guiche se retira y unos instantes más tarde llega Rosana. Ella atravesó la línea enemiga en su coche conducido por Ragueneau porque deseaba ver a Christian. Todos le piden que salga del terreno peligroso en que se encuentran ante la inminente batalla, ella no acepta marchar y en cambio ordena sacar de su carruaje los alimentos y bebidas que para ellos ha traído. Llega De Guiche e intenta convencer a Rosana de que salga de allí y ante su negativa decide él también quedarse a luchar junto a los soldados. Christian y Rosana hablan aparte y ella le dice que son sus cartas de amor la inspiración que le ha hecho arriesgar su vida para ir a verle. Christian se siente morir al darse cuenta que Rosana ama más las cartas de amor que él no ha escrito que lo que le ama a él. Lo dice a Cyrano y le pide que le diga la verdad  a Rosana sobre el pacto secreto de ellos dos para que ella pueda elegir a quien verdaderamente ama. Cyrano no desea pero al final accede y se apresta a hablar con Rosana. No puede concluir lo que le han ocultado pues al primer ataque del enemigo Christian ha resultado herido y los cadetes traen su cuerpo intentando ocultarlo de su amada. Rosana se da cuenta, Cyrano hace creer a Christian que le ha dicho la verdad y que ella le ha asegurado que aún así lo ama, luego Christian muere. De Guiche herido es forzado por los cadetes a abandonar el lugar llevándose con él a Rosana. Una escena de lucha desigual entre franceses y españoles da término a este acto.
Quinto acto.
Catorce años después De Guiche visita a Rosana en el convento al que esta se confinó al perder a su amado. Hablan sobre Cyrano y de cómo por catorce años ha llegado cada sábado a visitarla al convento. De Guiche expresa su admiración por Cyrano pero presagia su final ya que muchas personas desean matarle por sus ácidas críticas a la sociedad. Sale De Guiche y unas hermanas también hablan de Cyrano. Lebrel aparece en escena y luego Ragueneau, este último le informa a Lebret que Cyrano ha sido herido de muerte. Uno de sus enemigos le arrojó un pesado objeto en la cabeza desde lo alto de un edificio. Ragueneau lo dejó convaleciente en su habitación. Lebret y él salen en pos de su amigo. Instantes más tardes Cyrano entra a escena a cumplir su visita con Rosana, se ha cubierto el golpe que le han dado para no alarmarla y se dispone a informarle de todo lo acontecido esa semana en la ciudad.  Cyrano pide a Rosana le permita leer la última carta que Christian le dio, ella se la entrega. Rosana se da cuenta que estando oscuro Cyrano sigue recitando las líneas de la carta con suma facilidad y descubre que ha sido el mismo Cyrano el autor de la misiva. Los amigos de Cyrano llegan e informan a Rosana de la herida que este recibió más temprano en el día. Cyrano se incorpora y dice a sus amigos que prefiere esperar la muerte de pie y con su espada desenvainada, se recuesta de un árbol y comienza a declamar unas líneas retando a la muerte. Luego cae.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las opiniones y comentarios permiten el crecimiento de todos... los de ustedes siempre serán bienvenidos.