El abanico de Lady Windermere.
Personajes:
Lord Windermere; lord Darlington; lord Augusto Lorton; Mr. Dumby; Mr. Cecilio
Graham; Mr. Hopper; Parker, mayordomo; lady Windermere; duquesa de Berwick; Ágata,
hija de la duquesa; lady Plymdale; lady Stutfeield; lady Jedburgh; mistress Cowper-Cowper;
misstres Erlynne; y Rosalía, doncella.
La obra consta de cuatro actos, cada uno con varias escenas,
que mantiene vedado el misterio sobre cierta señora recién llegada a la ciudad
y su vinculación directa con el matrimonio Windermere.
Acto I
Lady Windermere aparece en escena haciendo algunos
preparativos para la celebración que habrá en su casa esa noche con motivo de
su cumpleaños. El mayordomo anuncia a lord Darlington, quien viene a asegurarse de ser invitado al festejo. Lady Windermere le advierte que lo dejará asistir si no termina enamorándola como en una ocasión anterior sucedió. Lord
Darlington no puede evitar hablarle de su amor e insinúa que Lord Windermere está
jugándole sucio, pero lady Windermere no se da por enterada. Llega la duquesa
Berwick con su hija Ágata. Agradece a lady Windermere por haberla invitado
junto a su hija, le comunica de manera sutil que tiene intenciones de permitir
que Mr. Hopper comparta con Ágata esa noche. Luego advierte a lord
Darlington que no se le acerque mucho a
su hija e insinúa que este tiene fama de don Juan. Lord Darlington le devuelve
con galanterías y se disculpa con las señoras, debe retirarse. La duquesa
Berwick hace salir a su hija para quedarse a solas con lady Windermere. Le
informa que su esposo, Arturo Windermere, acostumbra a visitar frecuentemente y
por varias horas a cierta señora de dudosa reputación y que se comenta que
Arturo es económicamente responsable de que dicha señora esté escalando
peldaños en la sociedad. Al quedarse sola, Margarita decide indagar las
finanzas de su marido. Revisa su escritorio y descubre que Arturo ha firmado
varios cheques a favor de la señora Erlynne. De esa manera confirma la información
suministrada por la duquesa. Cuando su esposo llega, Margarita le reclama, pero
él se molesta de que ella haya revisado sus cuentas. Le pide que tenga
confianza en él, que invite a la señora Erlynne a la fiesta, pues ella necesita
encontrar la forma de ser aceptada de nuevo en la sociedad. Margarita se opone,
pero Arturo hace la invitación y la envía con el servicio. Margarita dice amenazante que si esa señora se presenta le herirá en el rostro con un abanico que él
mismo le había regalado. Él trata de hacerla cambiar de opinión, pero ella sale molesta y manteniendo su posición.
Acto II
La recepción de la fiesta en casa de los Windermere. Llegan varios invitados: Cecilio, Dumby, Augusto, lady Carlisle, lady Plymdale. Llega
la señora Erlynne y Margarita se queda pasmada de la sorpresa, deja caer el
abanico y se torna pálida. Misstres Erlynne agradece la invitación y dice que
bailará con Arturo su primer baile de esa noche. Margarita es invitada por lord
Darlington a salir a la terraza para que tome aire fresco. Ella acepta y, algo
turbada, sale a la terraza con él. Darlington le confiesa a Margarita que le
ama desde el primer momento que la vio, intenta convencerla de abandonar a su marido y escapar con él. Margarita se asusta y, ante su negativa, Darlington sale de escena enojado, diciendo que al día siguiente partirá de Inglaterra.
Arturo regresa del salón de baile acompañado de Erlynne, se sientan en el sofá
mientras Margarita observa todo sin ser vista por ellos. Erlynne entera a
Arturo de sus planes de casarse con Augusto, desea negociar la dote que Arturo
deberá proporcionarle, salen a la terraza a terminar de negociar el asunto.
Margarita toma la loca decisión de abandonar su casa debido a
lo que ella siente ha sido una terrible ofensa de su marido hacia su honor de
madre y esposa. Escribe una carta donde le explica que lo abandona y los
motivos por los cuales lo hace. Parker observa todo y luego cruza el salón.
Erlynne entra desde la terraza y pregunta a Parker por Margarita, él dice que
lady Windermere salió de la casa y dejó una carta en la mesa para Arturo. Erlynne agradece la información y busca la carta, se torna alarmada al leerla. Arturo entra a escena preguntando a Erlynne por Margarita, la señora dice que
Margarita fue a acostarse, que pidió no ser molestada, le pide que envíe a buscar
su coche. Arturo sale a cumplir con la petición. Sale a relucir, mientras Erlynne
conversa consigo misma, que ella es la madre biológica de Margarita, a quien la
joven creía muerta. Decide ir a buscar a la hija que hace tiempo abandonó. Quiere evitar que la joven cometa el mismo error que ella cometió veinte años atrás. Pide a Augusto que saque a Arturo de
la casa y lo retenga en el club todo el tiempo que pueda. Augusto acepta sin
entender bien de que se trata todo. Erlynne sale de escena, seguida por
Augusto.
Acto III
Margarita sentada en el sofá de la sala de lord Darlington.
Habla con ella misma y se pregunta si estará haciendo lo correcto. Se muestra
vacilante entre regresar a su casa o permanecer allí, esperando a lord
Darlington. Toma su abrigo para marcharse, pero llega mistress Erlynne con la
intención de hacerla regresar a su hogar. Margarita se muestra renuente y cree
que la señora sólo busca aprovecharse de ella y mantenerla como pantalla y de
ese modo seguir viviendo un romance con su marido. La señora Erlynne insiste,
le muestra la carta y le afirma que Arturo nunca la vio. Margarita no le cree, por el contrario, piensa que Arturo la ha enviado a convencerla para seguir con
sus infidelidades. Se escuchan voces masculinas y ellas creen que se trata de
Arturo que anda en busca de su esposa. Erlynne indica a Margarita que se esconda detrás de una cortina y ella se decide a dar el frente. Entonces
escucha la voz de Augusto, su pretendiente, y corre también a esconderse. Darlington
entra acompañado de Augusto, Arturo, Dumby, Cecilio. Arturo agradece el que los
haya acogido en su hogar después de que cerraran el club. Lord Darlington,
hablando al grupo, confiesa que al día siguiente partirá de Inglaterra, pero
que se lleva en el corazón el recuerdo de una mujer honesta que allí conoció.
Dijo que esa mujer era casada y se comportó como toda una dama. Cecilio bromea
sobre el asunto, Arturo anuncia que debe marcharse, Cecilio ve un abanico de
mujer en el sofá y se lo dice a Dumby, este lo dice a Arturo, dicen que Darlington
tiene escondida a una mujer en sus habitaciones. Arturo reconoce el abanico,
acusa Darlington de estar escondiendo a su mujer y exige que la casa sea
revisada. En el momento en que cree ver algo moverse en las cortinas, la señora
Erlynne sale de las habitaciones y declara haber tomado el abanico por error.
Todos se muestran sorprendidos, Margarita aprovecha aquel rato de confusión para
abandonar la sala sin ser vista.
Cuarto Acto.
Margarita aparece en el sofá de la sala de su hogar, llama a
Rosalía, la doncella, y pregunta a esta por su marido, intercambian impresiones
y Rosalía sale de escena. Arturo entra a la sala y se acerca amoroso a su esposa. Los jóvenes
esposos conversan sobre la señora Erlynne. Margarita está a punto de confesar
su error de la noche anterior cuando entra Parker, anunciando que la señora Erlynne ha llegado a devolver el
abanico a Margarita. Arturo quiere evitar que entre al hogar, pero al final su
esposa lo convence y envían por la señora. Erlynne dice que fue a despedirse
pues esa misma tarde se marcha de Londres, le pide a Margarita una fotografía
de ella y su hijo. Margarita entra a buscarla, Arturo pretende hacer sentir mal
a la señora Erlynne, le menciona que sólo volvió cuando supo que su hija se
había casado con un hombre adinerado. Ella no lo niega, pero dice que ese viaje
cambió todo lo que ella pensaba acerca de ser madre. La acusa de haber cometido un grave error
llevándose el abanico a casa de Darlington, él quisiera no haber vuelto a ver
ese abanico en su casa. Ella dice que le pedirá el abanico a Margarita, como
recuerdo de aquel viaje. Regresa Margarita con la fotografía. Erlynne comunica
su intención de quedarse con el abanico, a lo cual Margarita accede gustosa. Parker
anuncia la llegada de Augusto y el regreso del coche de Erlynne. Entra a escena
Augusto. La señora Erlynne se disculpa para salir e insiste en que Augusto le
lleve el abanico hasta su coche. Ambos salen de escena. Los esposos Windermere
comparten impresiones sobre la señora Erlynne, ambos ocultan un secreto que el
otro no sabe, pero ninguno lo dice. Augusto entra diciendo que la señora Erlynne
le ha explicado lo de la noche pasada, ella andaba buscándolo a él y dice que se irá con ella, que ha puesto como
única condición el que vivan siempre fuera de Inglaterra. Los esposos
Windermere felicitan a su amigo por su próxima boda. Le aseguran que se casa
con una mujer inteligente y buena.
Fin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Las opiniones y comentarios permiten el crecimiento de todos... los de ustedes siempre serán bienvenidos.