Traductor

miércoles, 20 de marzo de 2013

No podemos hacer teatro solos


Una de las características más fuerte de hacer teatro, es que el teatro no puede hacerlo una sola persona. Sé que habrá gente, y especialmente teatristas, que al leer esto preguntarán, ¿Cómo es eso?, ¿Qué será lo que quiere decir?. Claro que no hablo de que usted no pueda dirigirse al parque Enriquillo, por ejemplo,  y hacer una representación usted solo, hablo del teatro profesional, depurado, puramente acabado. De hecho es algo que nos enseñan en nuestra formación teatral, pero parece que es lo más rápido que dejamos de poner en uso.
Una sola persona no puede hacer teatro o más bien, no puede presentar una obra, aún decida escribir él o ella misma un monólogo, realizar la producción: buscar los patrocinadores, crear el arte del programa de mano y hacer el modelo de este, diseñar y construir su propia escenografía, realizar el diseño de luces, musicalizar la obra, diseñar y crear el vestuario, diseñar y ponerse el maquillaje; más el peinado, crear su utilería, auto dirigirse, todo lo que conlleva un montaje, porque al final para la representación, necesita el equipo de técnicos que moverá el engranaje de dicha función, como el luminotécnico, sonidista, regidor de escena y por tanto no está  realizando sólo dicha función, pero además necesitará lo más importante para que la magia de esa función pueda darse… el público. Sin importar la cantidad, pero es quien hace que la actuación se convierta o se cargue de esa magia especial que tiene cuando está el actor o actriz en escena representando, es entonces que se da eso que los griegos llaman primera característica y lo fundamental del teatro, que se da en el ditirambo: “gente que mira y gente que actúa”. Aunque los actores y actrices coloquemos esa cuarta pared para poner a funcionar la máquina de la interpretación o actuación, no nos evita sentir la energía de esos ojos y mente que nos miran y siguen durante el tiempo sobre las tablas, pero que además nos inyecta el motor de nuestro trabajo. No, no podemos hacer teatro solos, porque entonces sin los técnicos, sin el público no sería teatro, pero además el apoyo y el respaldo de la familia, los amigos y compañeros teatristas, conjuntamente a sus críticas objetivas, constructivas y sinceras, nos aportan grandemente.
Amigos, compañeros, colegas, camaradas, hermanos, aceptemos que nos necesitamos, formemos entonces una sola pared, un muro, para apoyarnos y defendernos, para batallar juntos en este mágico mundo que aprendimos a realizar, a vivir y amar, no sin antes ponernos en manos del más grande y todo poderoso, nuestro señor Jesucristo. No, no podemos hacer teatro solos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Las opiniones y comentarios permiten el crecimiento de todos... los de ustedes siempre serán bienvenidos.