Una de las características más fuerte de hacer teatro, es que el
teatro no puede hacerlo una sola persona. Sé que habrá gente, y especialmente
teatristas, que al leer esto preguntarán, ¿Cómo es eso?, ¿Qué será lo que
quiere decir?. Claro que no hablo de que usted no pueda dirigirse al parque
Enriquillo, por ejemplo, y hacer una
representación usted solo, hablo del teatro profesional, depurado, puramente
acabado. De hecho es algo que nos enseñan en nuestra formación teatral, pero
parece que es lo más rápido que dejamos de poner en uso.
Una sola persona no puede hacer teatro o más bien, no puede
presentar una obra, aún decida escribir él o ella misma un monólogo, realizar
la producción: buscar los patrocinadores, crear el arte del programa de mano y
hacer el modelo de este, diseñar y construir su propia escenografía, realizar
el diseño de luces, musicalizar la obra, diseñar y crear el vestuario, diseñar
y ponerse el maquillaje; más el peinado, crear su utilería, auto dirigirse, todo
lo que conlleva un montaje, porque al final para la representación, necesita el
equipo de técnicos que moverá el engranaje de dicha función, como el
luminotécnico, sonidista, regidor de escena y por tanto no está realizando sólo dicha función, pero además
necesitará lo más importante para que la magia de esa función pueda darse… el
público. Sin importar la cantidad, pero es quien hace que la actuación se
convierta o se cargue de esa magia especial que tiene cuando está el actor o
actriz en escena representando, es entonces que se da eso que los griegos
llaman primera característica y lo fundamental del teatro, que se da en el
ditirambo: “gente que mira y gente que actúa”. Aunque los actores y actrices
coloquemos esa cuarta pared para poner a funcionar la máquina de la
interpretación o actuación, no nos evita sentir la energía de esos ojos y mente
que nos miran y siguen durante el tiempo sobre las tablas, pero que además nos
inyecta el motor de nuestro trabajo. No, no podemos hacer teatro solos, porque
entonces sin los técnicos, sin el público no sería teatro, pero además el apoyo
y el respaldo de la familia, los amigos y compañeros teatristas, conjuntamente
a sus críticas objetivas, constructivas y sinceras, nos aportan grandemente.
Amigos, compañeros, colegas, camaradas, hermanos, aceptemos que nos
necesitamos, formemos entonces una sola pared, un muro, para apoyarnos y
defendernos, para batallar juntos en este mágico mundo que aprendimos a
realizar, a vivir y amar, no sin antes ponernos en manos del más grande y todo
poderoso, nuestro señor Jesucristo. No, no podemos hacer teatro solos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Las opiniones y comentarios permiten el crecimiento de todos... los de ustedes siempre serán bienvenidos.