Edipo rey es una de las grandes
obras escritas por Sófocles, dramaturgo griego de la antigüedad. La misma está
basada en la mitología griega, de donde han nacido los más fabulosos relatos
épicos que han permanecido en el gusto literario mundial por más de dos mil
años. He aquí un breve resumen de esta obra.
Personajes: Edipo, rey de Tebas;
Yocasta, esposa de Edipo, Creonte, hermano de Yocasta; Corifeo, líder del coro;
Tiresias, vidente; sacerdote; coro; grupo de ancianos; 2 mensajeros; siervo de
Layo; dos niñas, hijas de Edipo.
PRÓLOGO.
La obra comienza con el lamento
del pueblo de Tebas. Un coro de ancianos, encabezado por un sacerdote, han
acudido ante Edipo a pedir sea resuelta la calamidad que azota aquella ciudad. Enfermedades
y miserias invaden a esta ciudad griega que ve en su rey, Edipo, la mayor
oportunidad que tienen para encontrar una salida que devuelva todo a la
normalidad. Edipo entra a escena y pregunta al pueblo acerca de sus
lamentaciones, el anciano, sacerdote de Zeus, le relata los detalles de lo que
el pueblo ha venido padeciendo y, Edipo contesta entonces que él mismo ha
estado sufriendo mucho por la situación imperante en Tebas y que ya tomó la medida
que exigía el momento, que había enviado a Creonte, su cuñado, a consultar al
dios Apolo sobre el particular.
Creonte entra a escena trayendo
la respuesta de Apolo, este le ha asegurado que la única forma en que el pueblo
de Tebas puede librarse de tan gran calamidad es si encuentra al asesino del
rey Layo, antecesor de Edipo en el reinado de Tebas, y lo matan por haber
cometido tal afrenta contra el rey de Tebas. Edipo se compromete a llegar hasta
el fondo del asunto e investigar quien fue el asesino de Layo para hacerle
pagar por su crimen. El anciano sacerdote y sus acompañantes se retiran
complacidos de la respuesta de Edipo y confiados en que todo se resolverá.
Edipo y Creonte entran a palacio.
PRIMER EPISODIO.
Edipo ordena que quien sepa detalles de la
muerte de Layo deberá confesarlo y pronuncia más de una maldición en contra de
quien pudiera estar encubriendo al asesino y en cambio declara bienestar para
quien confiese el nombre del autor de aquel crimen. Conversando con Corifeo,
asegura haber enviado a buscar a un vidente llamado Tiresias de quien Creonte
ha dado buenas recomendaciones.
Tiresias el vidente entra escena
guiado por su asistente y escoltado por dos siervos de Edipo. Al principio
evade el responder acerca del tema que le ha propuesto Edipo pero luego se
siente insultado por el rey quien ha entrado en ira ante la negativa de Tiresias
a responder los cuestionamientos sobre la identidad del asesino del rey Layo.
Luego de una larga y acalorada discusión Tiresias decide hablar, le dice al rey
y a todos los presentes, que el mismo Edipo ha sido el causante de la muerte de
Layo. Edipo lo acusa de mentiroso y pretende humillarlo, también acusa a
Creonte de haberse confabulado con el vidente para hacerle daño. Se burla de la
ceguera del vidente a lo que este riposta declarando que Edipo, antes que acabe
aquel día, perderá también la luz de sus ojos y conocerá la desgracia más cruel
que hombre alguno pudiera soportar. Corifeo tiene que intervenir para que Edipo
deje al vidente abandonar el lugar con vida. El vidente abandona la escena y
Edipo, luego de seguir mostrando su ira ante sus súbditos, abandona la escena y
entra a palacio.
PRIMER CANTO ALREDEDOR DEL ALTAR.
El coro imagina la vida que
llevará el asesino de Layo y se niega a aceptar que Edipo sea el asesino de su
antiguo rey.
SEGUNDO EPISODIO.
Creonte entra a escena y pregunta
a Corifeo si es cierto que el rey Edipo le había acusado de traición en su
ausencia a lo que Corifeo responde afirmativamente. Mientras los dos conversan
sobre el tema, Edipo vuelve a entrar a escena e inicia una serie de insultos y
acusaciones en contra de su cuñado. Creonte intenta defenderse argumentando que
él no tiene razones para querer hacer mal al rey puesto que, siendo tercero en
el reino, goza de los mismos derechos y privilegios que el rey pero sin tener
que preocuparse por trabajar tanto como lo hace el monarca. Edipo está
convencido de que la trama en su contra es real y que Creonte sólo busca
matarlo, por lo cual él ha decidido que Creonte deberá morir aquel día.
Yocasta, reina de Tebas y esposa
de Edipo, entra a escena exigiendo le sea explicado todo lo que acontece. Edipo
le dice que Creonte ha urdido un plan para matarle y por lo mismo él ha decidido
que ha de ser Creonte el que ha de morir. Yocasta se muestra incrédula ante las
acusaciones que su esposo hace de su hermano Creonte y le pregunta a Edipo si
él tiene pruebas de aquella acusación o solamente lo ha escuchado de boca de un
tercero. Edipo dice que Creonte lo niega pero que las viles acusaciones que el
vidente ha hecho contra su persona, sumado al hecho de que ha sido Creonte
quien ha recomendado buscar al vidente para consultarlo, son para él evidencias
suficientes para saber que Creonte es culpable de traición. Yocasta descarta
todo aquello y dice que ella nunca cree en oráculos ni videntes porque al rey
Layo, su anterior esposo, le fue vaticinado que moriría a manos de su propio
hijo y que luego este hijo dormiría en su lecho real con su propia madre.
Confesó que ella misma se encargó de deshacerse del hijo de ambos y que, ante
la evidente muerte de Layo a manos de unos bandidos, estaba comprobado que el
oráculo se había equivocado. Creonte, por su lado, seguía defendiendo su
inocencia en todo ese asunto y juró por los dioses que nunca había planeado
hacer mal al rey. Corifeo sugirió a Edipo que le tomara la palabra a Creonte
pues este había jurado por los dioses y dicho juramento era suficiente para
creer que decía la verdad hasta que pudiera demostrarse lo contrario. Edipo
accedió a permitir que Creonte abandonara la ciudad pero seguía convencido de
la culpabilidad de su cuñado.
Yocasta pide saber lo que el vidente
ha dicho a Edipo, este le cuenta todo y Yocasta asegura que el vidente ha
estado equivocado porque el rey no pudo haber muerto a mano de Edipo ya que el
único sobreviviente del séquito real que acompañaba a Layo el día de su muerte
había asegurado que Layo murió a manos de un grupo de bandidos en el lugar
donde se bifurca el camino y se divide en dos, uno que sigue hacia Delfos y el
otro hacia Daulia. Al escuchar aquello Edipo se sintió extraño e inquirió a
Yocasta acerca de cómo supo ella todo lo que sucedió a Layo, Yocasta dijo que
uno de los siervos de palacio se lo había contado. Edipo preguntó donde se
encontraba aquel siervo en esos momentos y Yocasta contestó que el mismo día
que Edipo fue coronado rey, aquel siervo le había pedido que le enviara a los
campos a pastorear el rebaño real pues no deseaba permanecer en palacio.
Yocasta dijo que el siervo merecía ser complacido en aquello pues siempre había
sido obediente y leal. Edipo preguntó si el siervo podía ser enviado a buscar,
a lo que Yocasta contestó que sí. Edipo dijo tener un mal presentimiento pero
que esperaría que el siervo viniera para confirmar o descartar lo que a su
mente había llegado. Ante la insistencia de Yocasta, Edipo le cuenta que él
había matado a un hombre con las mismas características que ella describía de
Layo y en el mismo lugar que ella decía que Layo había sido asesinado. Yocasta
trata de calmar a Edipo y le recuerda que el siervo dio una versión diferente
de los hechos pues había dicho que Layo murió a manos de muchos ladrones. Luego
pide a Edipo que entren a palacio.
SEGUNDO CANTO ALREDEDOR DEL
ALTAR.
El coro canta inspirado en un
pensamiento de Edipo que pide el castigo de la impiedad y la incredulidad en
los oráculos, pues estos deben cumplirse para que la religión no perezca.
TERCER EPISODIO.
Yocasta aparece en escena implorando
a los dioses para que calmen la turbación de Edipo. Entra a escena un mensajero
quien solicita ver al rey Edipo. Edipo entra a escena y el mensajero le dice
que su padre Pólibo había muerto y que Edipo era esperado en Corinto para ser
coronado rey. Edipo tiene miedo de volver a Corinto porque tiene miedo de que
la predicción del oráculo que había dicho que él se acostaría con su madre se
llegara a cumplir. El mensajero le confiesa a Edipo que Pólibo no era su
verdadero padre sino que el mismo mensajero lo había llevado a manos de Pólibo,
siendo Edipo un niño recién nacido, y Pólibo le tomó tanto cariño que lo amó y
crió como si fuera su propio hijo pues él no tenía descendientes. Edipo
preguntó al mensajero como era que él se había encontrado con Edipo cuando era
recién nacido. El mensajero dijo que un siervo de Layo le había entregado en
sus manos. Ante la pregunta de Edipo de si alguien sabía quién era aquel pastor,
Corifeo respondió que creía se trataba del mismo pastor que Edipo antes había
mandado a buscar y que Yocasta debía saber la respuesta definitiva de esa
pregunta. Yocasta se niega a contestar si se trata del mismo hombre. Yocasta y
Edipo terminan discutiendo pues Yocasta se niega a confirmar lo que ella ya
sabe y abandona la escena muy turbada.
TERCER CANTO ALREDEDOR DEL ALTAR.
El coro celebra los méritos
excepcionales de su soberano y se transporta, imaginariamente, a las fiestas
dedicadas al dios Dioniso y al dios Pan.
CUARTO EPISODIO.
Entra a escena el siervo de Layo
quien resulta ser el mismo que había entregado a Edipo recién nacido al
mensajero de Corinto. Se niega a decir los detalles pero luego confiesa que
debía matar al niño por encomienda de Yocasta, para que no se cumpliera el
oráculo contra Layo. Edipo descubre toda la verdad, que había matado a su padre
tal y como le había sido vaticinado, que había tenido por esposa a su propia
madre y había procreado hijos con esta. Sale de escena y entra a palacio
emitiendo terribles lamentaciones sobre su destino. El mensajero y el siervo se
retiran.
CUARTO CANTO ALREDEDOR DEL ALTAR.
Entonan lamentaciones acerca de
la infelicidad de los mortales que no pueden escapar a sus destinos de
aflicciones y pesares. También lamentan la suerte de Edipo que, sin quererlo se
convirtió en el esposo de su madre.
ÉXODOS.
El acto final de la obra comienza
con la entrada a escena de un mensajero de palacio que informa acerca de la
muerte de Yocasta quien se ha suicidado. También informa que Edipo había
entrado iracundo a buscarla para matarla y al encontrarla colgada del techo,
ahorcada, tomó los alfileres de su vestido y se sacó los ojos infligiéndose
heridas con estos. Luego sale a escena Edipo y conversa sobre su decisión de sacar
sus ojos para no tener que ver más su vida desdichada. Luego entra a escena
Creonte a quien Edipo pide que lo destierre a donde nadie tenga contacto con
él, Creonte le dice que hay que consultar a los dioses para tomar la mejor
decisión, Edipo le pide que entierre dignamente a Yocasta y que le permita
despedirse de sus hijas quienes son las que más sufrirán todo aquello por ser
niñas tan jóvenes y por que serán la burla de todos y despreciadas de los
hombres por su origen incestuoso. Las hijas de Edipo irrumpen en llanto, pues
ya estaban presentes y Edipo pide que se acerquen. Luego Edipo y sus hijas
entran con Creonte a palacio. En escena
sólo queda el coro que canta sobre la desgracia de Edipo y termina la obra
diciendo que “esperemos que el último día de su vida haya pasado sin sufrir
dolores para decir que un mortal fue feliz.”
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