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miércoles, 26 de junio de 2013

Karina Noble y Víctor Pinales; “Al otro lado del mar”.


En el marco del 3er festival nacional de teatro, disfruté anoche de la obra “Al otro lado del mar”, la cual fue  interpretada por los actores Karina Noble y Víctor Pinales, bajo la dirección del cubano Raúl Martí Ríos. El texto de la misma es de la autoría de Jorgelina Cerritos. Cuando utilizo el verbo disfrutar es porque en realidad fue así. Disfruté porque me gustó la puesta en escena. Fue muy emotiva. Quedé con algunas interrogantes e inquietudes de algunos detalles y situaciones que deseo compartir con ustedes a modo de opinión personal.
Me gustó el texto, la escenografía contiene buenos recursos, aunque creo que el tipo de montaje le daba la oportunidad de jugar y crear una atmósfera más de playa, de mar, como el encantador recurso de la arena, que fue muy bien utilizado. El fondo que más me hizo penetrar la atmósfera del momento fue el del atardecer, al morir el día, cuando el sol se va para salir del otro lado del mar. La utilería, según mi parecer, fue justa y estrictamente lo necesario, manejada correctamente. En lo que al vestuario se refiere, muy adecuado para los personajes de este drama, los definía, resaltando sus  caracteres. Las luces ambientaron cada atmósfera, ubicándome cómodamente en cada tiempo y situación; los efectos y musicalización fueron los transportadores que complementaron esa sensación de realidad, tan cautivante. Sobre todo el sonido del mar que lo envolvía todo. El manejo del cuerpo, coreografía o expresión corporal la sentí adecuada para cada uno de los personajes, en un momento sentí que Dorotea (Karina) repitió de forma continua un movimiento que contrastaba con la coreografía tan variada y fluida que se ejecutó durante toda la obra. En lo que actuación o interpretación se refiere, en algunos momentos sentí el texto más recitado que dialogado. Aunque a lo mejor era esta la idea del montaje. Desde mi punto de vista personal: me pareció un buen montaje, me comunicaron, me contaron y me hicieron creer la historia de Dorotea y Pescador Del Mar.
Una amiga y compañera de teatro me preguntó ¿Por qué tú montarías una obra así? No le respondí en el momento porque estaba ensimismada en la obra, porque tenía varias cosas que decir y porque no quería perderme algún detalle. Pues yo montaría una obra así porque creo que tiene muchos recursos: un contenido textual cargado de imágenes, con lo cual puedes transmitir mensajes; que hay muchas Doroteas por ahí que pueden amargar sus existencias, dejándolas vacías y perder los detalles bonitos de la vida por uno o dos  hechos que le marcaron sus vidas; muchos Pescador Del Mar que les hace falta un documento para tener un nombre, una edad, un domicilio, una identidad, para lograr obtener las cosas simples, sencillas y bonitas de la vida; y que hay tantas formas, maneras distintas de decir las cosas, sin tener que recurrir a un diálogo eternamente repetitivo, ni más realista. Me pareció un buen montaje, con buen ritmo, cargado de dramatismo con pisca de humor y en momentos lo vi rozar la ternura. Felicidades a Karina, Víctor y Raúl por crear un montaje digno y gracias por hacer buen teatro.

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