El Gran Soberano es el máximo
galardón que se entrega dentro de los premios Soberano, es un tributo o
distinción con el que ACROARTE honra la vida artística o la trayectoria de un
artista a través de los años, combinado con su desempeño durante el año que
precede a la fecha en que se lleva a cabo la evaluación en la cual se elige al
próximo homenajeado. Es el punto cumbre de la ceremonia de premiación, con el
que usualmente se clausura la misma. En mi humilde opinión, dicho premio
debería ser un homenaje a los años de trabajo y aportes al arte y la cultura
del/la artista, independientemente de cuan activo(a) se encuentre en los
tiempos actuales, exceptuando el caso en que un artista haya logrado algo en
extremo superior a los parámetros convencionales. Por primera vez en tantos
años dicho trofeo se le entrega a un artista del área de teatro, uno de los más
grandes artistas de nuestra rama, como lo es el Gran Soberano don Iván GarcíaGuerra: actor, director, dramaturgo, poeta y maestro, quien precisamente en
este año 2015 se encuentra celebrando su 60 aniversario en las tablas, en el
arte y en la inmensurable entrega de sus aportes a la sociedad. Aportes que en
ocasiones han sido sinónimos de proezas heroicas como: la realización de
representaciones durante la Era de Trujillo, en contra del régimen; su
participación activa en la gesta del 24 de abril del 65; y, su firme oposición
a la intervención norteamericana que siguió a aquel estallido social ocurrido
en nuestra tierra.
Para reconocer a don Iván García Guerra como el Gran
Soberano no hacen falta premios, reconocimientos, placas o estatuillas, lo que
hace falta es que nuestros estamentos culturales, educacionales y/o
gubernamentales busquen la forma de que nuestro país, dígase a través de las
escuelas, colegios y medios de comunicación, conozcan y reconozcan figuras de
la talla del maestro Iván, que no solo los que fuimos sus alumnos, los que son,
los que hacemos teatro,
los que ven teatro y alguno que
otro poeta y/o gestor cultural le conozcamos y valoremos, que no tengan que
hacer o sobresalir fuera del país para que le sea reconocida su valía. Nuestra
patria, nuestra juventud, nuestro pueblo, nuestros barrios, nuestros
ciudadanos, todos los dominicanos, necesitamos figuras que sirvan de ejemplo,
dignos de admiración, por sus buenas acciones, trabajos, dedicación y
amantes y defensores verdaderos de la patria. En nuestro suelo tenemos
otros héroes prácticamente anónimos para muchos de nuestros compatriotas como
hasta hace algún tiempo, de manera incomprensible, lo fue el maestro don Iván.
Qué bueno que por fin el teatro ha
sido reconocido a través de esta gran personalidad, pero sobre todo que
bendición que al Gran Soberano don Iván García Guerra se le reconociera con una
estatuilla que representa simbólicamente este título, rango o denominación de
Gran Soberano, que hace años ya lo tiene bien merecido. La mayoría, si no todos
los que nos dedicamos a hacer teatro, nos place, honra y llena de orgullo que
esta estatuilla se le entregara por primera vez a un artista del teatro y la
actuación, alguien que nos representa y nos valoriza por su estatura de
artista, compañero, amigo, maestro y ser humano.
Felicidades maestro Gran Soberano
don Iván García Guerra. Que el Todopoderoso siga colmándolo de bendiciones y
que sus imborrables huellas plasmadas en las tablas sigan sirviéndonos de
inspiración a todos los teatristas y artistas de nuestra inmensa isla
quisqueyana. ¡Que viva el teatro dominicano!