Katharine Hepburn (E.U.A. 1907-2003).

Esta increíble teatrista estadounidense, nacida en el estado de Connecticut, ha sido catalogada como una de las más brillantes e inteligentes actrices del cine y del teatro norteamericano. A pesar de los éxitos cosechados en la pantalla grande siempre se mantuvo activa en las tablas, pues consideraba al teatro una verdadera pasión, lo cual quedó evidenciado en todas las obras clásicas del teatro que llevó al cine. En 1999 fue nombrada la mayor estrella femenina de la historia de Hollywood por la American Films Institute. Se inició en el teatro mientras estudiaba filosofía en Brin Mawr College, de donde se graduó en 1928, dedicándose de lleno al teatro hasta que en 1932 fue requerida por la industria del cine debido al éxito obtenido con su participación en la obra teatral “The Warrior’s Husband”. Actriz por más de 70 años, Hepburn protagonizó 46 películas para la pantalla grande y más de treinta obras teatrales. Tiene el récord de ser la intérprete que ha ganado más premios Oscar en la historia de estos premios, con sus cuatro estatuillas a la mejor actriz: 1933 película: Gloria de un día (Morning Glory), 1967 película: ¿Adivinas quién viene a cenar? (Guess who’s coming to dinner?), 1968 película: El León en invierno (The Lion in Winter), y 1981 película: En la Laguna Dorada (On Golden Bont); 3 premios BAFTA (1967, 1968 y 1981, con las mismas películas con que ganó los Oscars esos años); un premio Emmy 1975 película: Amor entre Ruinas (Love Among Ruins); premio festival de Cannes en 1962película: Larga Jornada hacia la Noche (Long Day’s Journey into Night). La década de los 70 la dedicó casi exclusivamente a realizar adaptaciones de obras teatrales para el cine y a interpretar papeles en películas para la televisión. Mostró su desacuerdo con el sensacionalismo de Hollywood, expresándolo abiertamente, ya que no asistió a recibir ni uno solo de los premios Oscars que ganó, y donó sus cuatro estatuillas al Empire State Buiilding de Nueva York. El día de su muerte, 26 de junio de 2003, todos los teatros de Broadway apagaron las luces en su honor.